LA ENFERMEDAD
Las enfermedades son cristalizaciones de
pensamientos negativos (falta de fe, de esperanza. Generalmente padecen
enfermedades las personas impacientes, intolerantes, prejuiciosas.
Comportamientos de pocas o escasas expresiones de amor con el prójimo)
El maestro Manju decía que las
enfermedades son “cristalizaciones de las emociones contenidas”:
La enfermedad es un conflicto entre la
personalidad y el alma”. Bach.
Louise Hay ha escrito mucho sobre esto.
El 70% de las causas que engorda a la
persona, es por su insatisfacción, aflicciones que altera la normalización de
la producción de la hormona tiroidea. Las mujeres tienen de ocho a diez veces
más posibilidades de desarrollar problemas del tiroides por insatisfacciones
que los hombres.
Un autor dijo: “Cuando el cuerpo
engorda, es porque la insatisfacción aprieta”
Otro autor manifestó: “EL CUERPO GRITA…
LO QUE LA BOCA CALLA”.
Soy autor del libro "La Enfermedad
¿Fruto de los pecados?" En este libro sostengo que toda enfermedad se
produce cuando la persona no ejerce, no fomenta, no vive el amor en su manera
de ser. Estoy de acuerdo con la Dra. Eliza Biaci que dice: "Las
enfermedades físicas tienen una estrecha relación con la salud emocional".
Efectivamente los pensamientos sanos
producen emociones sanas. Las emociones negativas, pesimistas son
manifestaciones toxicas que afectan el alma.
La sanidad mental consiste en:
1.- Sentirse a gusto consigo mismo
(quererse, amarse)
2.- sentirse a gusto con los demás
(amar, querer, ayudar al prójimo)
3.- ser optimista para saber resolver
los inevitables problemas de la vida –
Generalmente el enemigo del hombre es el
prejuicio.
Lo hermoso de la vida es que aun estando
enfermos, podemos remediar y cambiar nuestro ESTADO TOXICO de nuestra alma. El
solo hecho de arrepentirnos de nuestros errores pasados, reconocer nuestras
equivocaciones pasadas para cambiar. Cambiando nuestra manera de pensar,
cambiaremos nuestro modo de ser. El cambio mental nos ayudará a ser servicial
con nosotros mismo y con el prójimo. El perdonarnos, perdonar, sacarnos el
odio, lograr ser paciente, bondadoso, amoroso, empezaremos a ejercer
positividad. Con ello nuestra sanidad emocional nos hará feliz y gozar de mucha
paz.
Un autor sostuvo: “Muchos de nuestros
dolores callados se expresan, hablan en nuestro cuerpo, sosteniendo que:
“El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo
no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no
es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no
consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad
duele.
El cuerpo engorda cuando la
insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las
dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de
la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el
perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas
están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo
esclaviza.
La presión sube cuando el miedo
aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño
interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas
explotan las fronteras de la inmunidad”
Nosotros podemos ayudar, gratis,
mediante este medio, a organizar tus ideas, armonizar tus sensaciones y
recuperar tu alegría y tu paz.
Todo depende de ti, no de nosotros, el
poder de la felicidad lo tienes tú, tú tienes el poder de activarlo. Estar en
comunión con el prójimo, es estar en comunión contigo mismo, te hace
revalorarte. Valorando a tu prójimo revaloras tu persona. Cada cual come y bebe
su propio juicio. Quien va a darnos la sanidad es nuestro prójimo, este o aquel
enaltecerá nuestro yo interior.
Todos precisamos saludablemente de un
oyente interesado en ayudarnos.
Pero todo depende, principalmente, de
nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan mudanzas en nuestra vida.
Héctor Domingo Páez
E-mail: soyelamor.21@gmail.com
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