Uno de los misterios de la vida: Jesús hace dos mil años nos dijo que nuestras palabras poseen vida y muerte. Esta afirmación nos da un conocimiento cabal de que somos auténticos profetas, pues lo que digamos sucederá. Aun así con este conocimiento y veracidad no sabemos controlar nuestra lengua para evitar la creación de maldiciones. Somos de verdad auténticos hermanos de él. ¿Porque somos reticentes e incrédulo a esta sabiduría?.
martes, 10 de abril de 2018
¿POR QUÉ BROTÓ AGUA Y SANGRE DEL COSTADO DE JESÚS?
EN INTERNET ENCONTRE DIVERSAS OPINIONES SOBRE EL AGUA Y LA SANGRE QUE LE BROTÓ A JESUS, CUANDO LE CLAVARON EN SU COSTADO LA LANZA.
En aquellos tiempos, por costumbre, cuando un hombre era condenado a ser crucificado, era regla quebrarle las piernas para acelerar su muerte. En el caso de Cristo, no hubo que quebrar sus piernas dado que presentaba indicios de su muerte. Sin embargo, un soldado para asegurarse de su muerte le clavo una lanza en su costado izquierdo. ¡Ho! sorpresa, en la puntada broto un torrente de agua y sangre.
Son diversas las opiniones vertidas sobre este especial suceso. No encontré, en realidad, una reflexión coherente sobre este suceso.
Indudablemente que tal suceso es un mensaje de vida y muerte para el hombre.
En este acto Jesús nos muestra, la forma de la vida y la muerte del hombre. Este mensaje se registra también en la muerte y resurrección de Lázaro. Lázaro estaba vacío de “espíritu” pero conservaba su alma, pues dormía. Jesús le afirmó a su hermana: «Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo» (Juan 11; 11). Claro esta que Jesús le entregó el espíritu a Lázaro para que continuara su vida.
Jesús en el madero, primero entregó su espíritu, luego su alma. Ahora, viene el gran interrogante, ¿Cuál es el alma en los hombres?
En Pedro 3;20 nos dice “…. ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua”, en referencia a la barca de Noé. Claro está que “alma” es el cuerpo viviente del hombre. En otro pasaje: “Recojan [el maná] [...] según el número de almas que tenga cada uno de ustedes en su tienda”.
En la cruz Jesús primero entregó su espíritu, y lo dijo de la siguiente manera: “EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró”. (Lucas 23; 46)
Posteriormente se le fue su alma al clavarle la lanza. Claro esta que el alma, es la sangre, el agua y el oxígeno del hombre. Cuando el hombre muere primero se vacía del espíritu, luego su alma se retira afanosamente, según la impureza o pureza (pecados) de su alma.
El sello de Dios en el hombre, se muestra con revelada TRINIDAD. Constituye su alma, el agua, la sangre y el oxígeno (3 elementos). Ambos hacen el “ser” del hombre. El sello de Dios esta en su espíritu, y se presenta trinariamente: Sentimiento, Pensamiento y Pronunciamiento (su verbo). Y su identidad también se muestra trinariamente: Cuerpo, Alma y Espíritu.
Quien niegue esta verdad, posee un velo de necedad.
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